Es una anomalía funcional de un área del cuerpo debido a una disminución en el funcionamiento del cerebro, la médula espinal, o los nervios.

Los ejemplos abarcan: incapacidad para hablar, disminución de la sensibilidad, pérdida del equilibrio, debilidad, problemas con la función mental, cambios visuales, reflejos anormales y problemas para caminar.

El déficit puede ser temporal o permanente.