Show pageBacklinksCite current pageExport to PDFBack to top This page is read only. You can view the source, but not change it. Ask your administrator if you think this is wrong. =====Decisión quirúrgica===== El trabajo del neurocirujano no es ser el brazo armado del neurólogo, intensivista o el especialista no quirúrgico; por el contrario, debe de tener su propio criterio basado en un amplio conocimiento de la fisiopatología, del diagnóstico, de las alternativas de tratamiento médico, de radiología o endoscopia intervencionista; y como no de las quirúrgicas. La indicación quirúrgica adecuada es en esencia un arte que requiere, cómo otras, de muchos ingredientes de los que los más destacados son: Situación del paciente-riesgo quirúrgico-, Enfermedad-técnica quirúrgica Calidad delcentro-factor hospital Experiencia suficiente Resultados estándar-calidad Persona adecuada-especialización Con los objetivos adecuados -éticamente y técnicamente correcta, explicada adecuadamente -consentimiento informado-, sin objetivos espurios-fama, dinero, protagonismo, reto-; y con cercanía y humildad. Existe un dicho quirúrgico-de cuando no había mujeres cirujanas-que expresa muy bien que los retos son para cuando se juega al póker: “ cuando te dispones a operar a un paciente no te mires la bragueta”. En la historia de la cirugía hay muchos pacientes que pagaron el mayor peaje que existe; por ser: “la primera…..póngase: hepatectomía, esofagectomía, whipple, ….por laparosocpia, etc.; de un determinado cirujano con ganas de entrar en algún nuevo club”. La buena indicación quirúrgica es como un traje a la medida, no solo del paciente sino también de su enfermedad. Si la indicación no es correcta para la enfermedad y existe la posibilidad de un tratamiento menos cruento; de resultado equivalente, debe elegirse aquel que con menos agresión consigue el mismo resultado. Para un cirujano experimentado o un grupo de trabajo multidisciplinar la indicación de cirugía para las patologías más prevalentes no es un problema- existen protocolos y estándares internacionales que resuelven el dilema-, las dificultades se presentan a la hora de decidir sobre los pacientes complejos-que se salen de los protocolos- o para estimar el riesgo quirúrgico de un determinado paciente para un procedimiento concreto; a esto se suma la complejidad específica de resolver los casos de segunda opinión, cada vez más frecuentes en las unidades especializadas. El riesgo quirúrgico tiene muchos métodos de medición más o menos objetivos pero ninguno elimina el riesgo. Toda intervención quirúrgica tiene riesgo, hasta una biopsia con anestesia local; por lo tanto no frivolicemos con el riesgo pero tampoco lo exageremos innecesariamente. El problema con los pacientes complejos no solo es acertar con la decisión más adecuada sino resistirse a utilizar la actitud de sacar el cartel: “aparta de mí este cáliz”. No nos olvidemos que en la empresa sanitaria pública todos los cirujanos somos iguales y cuando adquieres la responsabilidad de un paciente complejo o de segunda opinión sabes que es una decisión que tomas en solitario; a todos los efectos. Si las cosas van mal tú debes de responder personalmente de las reclamaciones o denuncias que se generen. Por otra parte, si no decides ir adelante con una intervención que te parece adecuada y necesaria para un paciente estarías traicionándote como cirujano: el día que decidas sobre una indicación pensando más en ti que en el paciente; lo siento, estás acabado. Sin duda este es el más difícil dilema al que se debe de enfrentar un cirujano que trata con pacientes complejos-entiéndase estos como aquellos que pueden fallecer si la decisión o la ejecución de tratamiento no son adecuados-. El buen juicio, una decisión consensuada con tus compañeros, una adecuada conversación con el paciente y la experiencia necesaria son la única receta para que el “guiso” de la indicación quirúrgica sea del gusto de todos los comensales: el paciente, su familia, los profesionales y la empresa. decision_quirurgica.txt Last modified: 2025/03/10 14:44by 127.0.0.1