Las malformaciones vasculares espinales en su conjunto representan un pequeño porcentaje de las malformaciones vasculares del sistema nervioso.

Sin embargo, su evolución y pronóstico son de alta gravedad, tanto por sus manifestaciones hemorrágicas como deficitarias. Su rareza hace que no se piense en ellas como uno de los diagnósticos probables, y esto lleva al descubrimiento tardío de las mismas, con la posibilidad de instalación de daños neurológicos irreversibles.La resonancia magnética ha permitido en estos últimos años un diagnóstico más precoz de esta patología, y ha posibilitado el tratamiento precoz, aumentando el número de curaciones sin secuelas.

CLASIFICACIÓN

Durante hace años, distintos equipos neuroradiológicos y neuroquirúrgicos han intentado clasificar estas malformaciones

Casi todos dicen lo mismo pero con palabras diferentes, y esto no hace más que aumentar la confusión frente a una patología ya difícil de reconocer por su rareza.

René Djindjian y Jean Jacques Merland fueron los primeros en estudiar y analizar estas malformaciones y durante años fueron los únicos con experiencia suficiente como para poder distinguir las diferencias entre unas y otras.

En honor a la didáctica con la cual esta escuela del Hospital Lariboisière de Paris ha sabido transmitir a sus alumnos el conocimiento de esta patología, seguiremos sus pautas generales simplificadas para permitir una mayor comprensión del tema.

Si analizamos anatómicamente el raquis y su contenido, podremos deducir que a cualquier nivel, desde los músculos paravertebrales hasta el interior de la médula espinal se pueden encontrar malformaciones vasculares.

ver Fístula arteriovenosa dural espinal